Mudarse es una montaña rusa de emociones, es abrazar lo nuevo frente a lo viejo. Esta experiencia, transformadora en todos los sentidos, se vivió en 1.3 millones de hogares en España durante el 2020, según datos de Línea Directa. Más allá del estrés inicial, los efectos psicológicos de una mudanza demuestran ser benéficos. Diversos estudios e investigación así lo avalan.
Cambiar de casa es bueno, pero ¿en qué sentido? Un estudio de la Universidad de Exeter, en el Reino Unido, asoció el acto de mudarse con una mejora en el estado de ánimo y en la salud mental. En una encuesta realizada a 25 mil personas de diversos estratos sociales, los investigadores británicos resolvieron, además, que los traslados a zonas costeras incrementaban en especial la sensación de bienestar y felicidad.
Pero las mudanzas comprenden distintas tareas y obligaciones más allá del mero ‘cambio de aires’, que entrañan beneficios a nivel psicológico. La limpieza de los bienes previa al embalaje, así como la del nuevo hogar, ejerce una influencia reductora del estrés, según ha revelado la psiquiatra Swati Mittal, consultora del Fortis Noida y del Swastik Assist Homes. El origen de este beneficio psíquico se encuentra en las endorfinas liberadas en actividades de limpieza y organización doméstica.
Otro efecto indirecto de las mudanzas en la psicología se relaciona con la necesidad de deshacerse de los bienes inútiles. La filosofía oriental del Dan-sha-ri fomenta la eliminación de todos aquellos objetos que tendemos a acumular, por el natural afecto al pasado, para abrazar otros nuevos, lo que conllevaría mejoras a nivel anímico.
Sin embargo, es innegable que una parte de la población asocia los traslados domiciliarios con el estrés y la ansiedad, motivo por el que la problemática de cómo afrontar una mudanza genera inquietud. Las personas más inteligentes manifiestan una tendencia natural a cambiar de residencia, según desveló un equipo de psicólogos fineses de la Universidad de Helsinki (Finlandia) en la revista Intelligence de Elsevier, donde se afirma que la inteligencia superior —y no sólo el estatus económico— determina el mayor número de mudanzas que realiza una persona.
Mudarse de casa, fuente de oportunidades beneficiosas para el ser humano
Tomar la decisión de cambiar de casa no es fácil, pero sus recompensas a corto-medio plazo hacen que merezca la pena. En primer lugar, esta experiencia brinda la oportunidad de empezar de cero en un nuevo lugar, de hacer nuevas amistades, de llevar la carrera profesional a un nuevo nivel.
Las personas necesitadas de una transformación se sorprenden de que ésta no siempre sea interior, sino exterior. El contexto influye en la psicología humana, y por ello el acto de mudarse es en cierto modo una búsqueda de bienestar, con una ‘mochila’ cargada de valiosas experiencias nos evitarán cometer los mismos errores.
Por otra parte, una mudanza es un pretexto excelente para readaptar el entorno doméstico a los gustos y necesidades actuales. Tal vez el anterior hogar perteneciese a los padres o bien fuera adquirido junto a una expareja, razón por la que la disposición de los muebles o la decoración no se corresponde al 100% con nuestra personalidad. Mudarse de casa permite construir un hogar a la medida de cada persona, pareja o familia.