Sabemos que hoy en día existen una gran variedad de productos congelados en el mercado. También que existen muchos otros que solemos congelar en casa frecuentemente, pero hay unos que realmente no pensamos que podían conservarse congelados y que muchas veces tiramos al cesto de la basura porque los dejamos perder.

Es así como, por ejemplo, bien sea en un cumpleaños, boda o cualquier otra celebración, pedimos el pastel más grande, lo repartimos y al final de la velada vemos casi con desespero que ha quedado un pedazo enorme que no vamos a poder comer antes que se dañe. Pues no es necesario botarlo, puedes congelarlo. Lo llevas al refrigerador en una bandeja, luego que se congele lo envuelves en plástico, lo vuelves a guardar y podrás disfrutarlo cuando gustes dentro de los próximos 4 meses. ¿Genial no crees?

Vamos a ver una película en casa o un partido de béisbol, compramos como locos las bolsas más grandes de patatas fritas, al cabo de un rato sencillamente ya no podemos comer más, la doblamos y guardamos. Sabrás que al otro día nuestras ricas papas han cambiado totalmente, ya no son crujientes y no saben igual. Adivina. Congélalas también. Solo las sacas unos minutos antes de que las vayas a comer y tendrás tu entremés igual de bueno.

Si tienes más chocolate del que puedas pensar en comer en muchos días, guárdalo en el refrigerador unas horas, luego llévalo al congelador y se conserva en buen estado para cuando gustes.

Si también de la fiesta te ha quedado mucho vino para ti solo, toma tu molde de hacer hielo, viértelo y congélalo en forma de cubitos. Según los pioneros en esta forma de conservar el vino no pierde ninguna de sus cualidades al momento de tomarlo.