La hipertensión es un mal que lamentablemente por el estrés de vida que se lleva en el mundo actual, es ya casi un mal generalizado. Cuando es un estado permanente en las personas, exige, evidentemente cuidados especiales, ya que quien lo padece puede estar expuesto a complicaciones como las cerebrales, cardíacas o renales.

Según algunos expertos en medicina natural, el ingerir vegetales que son inocuos resulta de excelentes resultados para controlar y en algunos casos hasta para curar la hipertensión arterial, por supuesto sin dejar de tomar la medicación indicada por su médico de cabecera, que es en definitiva quien mejor que nadie conoce lo que usted necesita.

Damos algunas referencias que pueden ser efectivas y ayudaran al buen funcionamiento del organismo y a la limpieza de la sangre.

Se aconseja la cura con zumo de limón, por ejemplo, que se comienza con el jugo de medio limón en un vaso de agua el primer día y luego se va incrementando, (agregando el jugo de medio limón cada día) hasta llegar a tomar el jugo de diez limones. Se puede endulzar este preparado con un edulcorante o simplemente con miel pura.

También son importantes para el tratamiento de la hipertensión,  las algas, que se pueden conseguir en comercios de dietética u homeopatía, y son muy efectivas en la dieta.

Pero por sobre todos los demás vegetales, y con un claro efecto antihipertensivo,  juega un papel muy importante papel el ajo. Se puede adquirir en cápsulas, tabletas o aceites, que también se encuentran  en los comercios de productos naturales ya mencionados.

Nosotros, en cambio  damos algunas ideas para preparar el medicamento a base de ajo en casa, que lo podemos hacer a nuestro gusto, y con un mínimo de gasto. Proponemos entonces algunas recetas a base de ajo de gran eficacia.

Salsa de ajo y limón:

En un recipiente de vidrio mezcle media taza de aceite puro de oliva, un cuarto de taza de jugo de limón, igual cantidad de zumo de lima y sal (si lo prefiere). Sumerja en esta mezcla tres dientes de ajo pelados y cortados por la mitad  pinchados en un palillo.

Deje esta salsa en reposo durante una hora a temperatura ambiente, y antes de servir  retire el ajo.

Vino de ajo:

Pelar 5 dientes de ajo, colocarlos en un envase de vidrio junto con 10 hojas de  ajenjo picadas finas. Agregar tres tazas de vino blanco o tinto, dejar en descanso durante cinco días y luego comenzar el tratamiento tomando dos vasos de este licor a diario.

Vinagre de ajo:

Pelar tres dientes de ajo, rallarlos y colocarlos en un recipiente con tres tazas de vinagre de vino o de manzana. Cerrarlo bien, dejarlo en reposo por una o dos semanas, y luego usarlo como condimento.