Todos podemos realizar actividades lúdicas a la vez que conseguimos objetos decorativos para regalar o para adornar las habitaciones de nuestro hogar. Se pueden inventar, por poner un ejemplo, unos bonitos centros de mesa con botellas de plástico reciclado, cortando los cuellos y usándolos de manera creativa para adornar con velas y flores secas una mesa que se quiera preparar para recibir a unos invitados que vienen a cenar. El detalle le dará un aspecto fabuloso a la velada y nadie se dará cuenta de que ha sido un artículo económico si se realiza con un poco de pericia. También podemos usar la parte de abajo de las botellas y colocarlas como floreros en los que poner ramos de flores, o incluso hacer pequeñas macetas que resistirán muy bien la humedad debido al material con el que están fabricadas las botellas, que suele ser plástico capaz de resistir a la luz del sol sin degradarse, y si las pintamos con un spray o las barnizamos, aún tendrán mayor vida útil.
Otro tipo de desperdicio que podemos utilizar para realizar pequeños objetos decorativos son los frascos de cristal vacíos. Con ellos podemos crear detalles de diseño, introduciendo hojas secas, canicas de colores o arena teñida. Da igual si son pequeños o grandes, todo depende de la zona en la que se vaya a colocar el objeto, por lo que es recomendable que pensemos de antemano en los lugares donde vamos a ponerlos, evitando que ocupen un espacio de manera exagerada, dando la sensación de que la estancia es más pequeña de lo que es en realidad.
También se ha puesto de moda utilizar las chapas de las latas de refresco para fabricar bolsos, monederos y otro tipo de complementos de moda, muy valorados por estar de actualidad y crear tendencia.