En este trabajo Spiegelhalter ha querido encontrar una manera sencilla de comunicar el impacto de nuestro comportamiento en la esperanza de vida y para ello ha utilizado una nueva medida a la que ha denominado ‘microvida’ y que define como media hora de esperanza de vida: “Equivale a una millonésima de vida después de los 35”, explica.

Usando datos de diversos estudios de población, Spiegelhalter estima que perdemos una ‘microvida’ cada vez que fumamos dos cigarrillos, por tener cinco kilos de sobrepeso, al beber una segunda o tercera copa en un día, si optamos por ver durante dos horas la televisión o nos comemos una hamburguesa. Por el contrario, se pueden ganar ‘microvidas’ no tomando más de una bebida alcohólica al día, comiendo abundante fruta y vegetales y haciendo ejercicio, añade.

Según Spiegelhalte, los factores demográficos también pueden expresarse en ‘microvidas’. Por ejemplo,solo por ser mujer se ganan cuatro ‘microvidas’ al día en comparación con los varones; y los hombres suecos tienen 21 ‘microvidas’ más al día que los rusos. Vivir en 2010 en vez de 1910 supone una ganancia de 15 ‘microvidas’ diarias.