Las manualidades son muy beneficiosas para los niños por varias razones, entre las que podemos destacar las principales en unas pocas palabras.

Realizar actividades les permite darse cuenta de cuáles son las actividades que se les dan mejor, lo que les permite mejorar sus destrezas.

Al dejarse llevar por sus gustos y siempre que las manualidades puedan desarrollarse de una manera libre, es una excelente forma de desarrollar la creatividad de quienes realizan los trabajos.

Cuando están inmersos en lo que hacen, los niños aprenden a concentrarse mejor. Desde muy pequeños pueden mejorar la atención en las actividades, algo que les resultará muy beneficioso a medida que van creciendo.

Cuando las manualidades se desarrollan en grupo, constituyen una fantástica manera de mejorar sus relaciones con los compañeros, trabajar en colaboración unos con otros y hasta identificar quienes pueden llegar a ser líderes capaces de dirigir grupos de trabajo.

Cuando se observa el resultado de las manualidades, estas ayudan a que los niños se sientan realizados y con una mayor autoestima, los que potencia la confianza en sí mismos y les anima a realizar otros trabajos que requieran más destreza, concentración y habilidades sociales, lo que cada vez va potenciando estas actitudes, y de este modo volvemos a empezar con la lista desde el principio.

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Cuando los niños se aburren de estar usando los mismos materiales para dibujar lo mejor es ofrecerles nuevas herramientas, en ese caso la pintura giratoria es una muy buena opción. Se necesita: tramos de cadenas entre 20 a 50 centímetros, pintura de tempera y hojas grandes de papel. Para poder encontrar las cadenas una buena opción son las joyas que ya no use la abuela o cordones con cuentas también son una opción. El niño debe practicar para retorcer la cadena, tiene que sostenerla por una punta. Coloca el papel sobre la mesa o el piso.

Al sujetar la cadena, el niño tiene que hacerla girar sobre el papel, girándola en un movimiento plano y circular varias veces. Debe de mantener los dedos cerca del papel. Después de practicar, el niño sumerge la cadena en cualquier color de la pintura, no es necesario sumergir los dedos también.  Tiene que conservar los primeros cinco centímetros sin pintura para que pueda sostenerla de esa parte, tanto para sumergirla, como para girarla. Después de sumergirla tiene que dejar que la cadena se escurra un poco y luego empezar a hacerla girar con suavidad sobre el papel.

Se debe de girar la cadena hasta que ya no escurra pintura, luego se vuelve a sumergir la cadena en otro color. Lo niños notarán como se mezclan los colores al momento de estar girando la cadena.  Para variar la manualidad se debe de amarrar un cordón con un botón y girarlo otra vez. También puedes pegar el papel sobre una pared con cinta adhesiva, colgando las cadenas de pintura sobre éste para girarlas. Colocando periódico debajo para no manchar la superficie del piso. Sin duda esta manualidad sorprenderá a los niños al ver como se crean círculos de colores mezclados y esta experiencia se intensifica al usar colores brillantes.