En este nuevo artículo vamos a hablar un poco sobre la miel de abeja, su importancia y para qué sirve.
Desde la antigüedad se maneja que el hombre y la apicultura van de la mano y  a medida que pasan los años, nos damos cuenta de que no podemos sobrevivir sin la naturaleza.
Estudios revelan que la miel posee grandes propiedades nutricionales y medicinales.
Las abejas son las encargadas de elaborar esta sustancia tan beneficiosa para la salud llamada miel.
¿Y de qué manera lo hacen? Pues sencillo, estos pequeños insectos pasan libando el néctar de las flores y es así como logran crear toda la miel que hoy en día consumimos.
El polen y la miel son los alimentos principales de toda la colonia.
La miel posee un elevado porcentaje de hidratos de carbono que se obtienen de sus azucares y esto la convierte en un producto altamente energético, ya que nos proporciona 330 calorías por 100 gramos.
También posee sales minerales ricas en calcio, magnesio, fosforo y potasio.
Para señalar uno de los usos terapéuticos de la miel, vamos a hablar del gran beneficio que no aporta para el buen funcionamiento de nuestro organismo. La miel nos ayuda a eliminar todas las toxinas y de paso activa el metabolismo de nuestro hígado. Se recomienda el consumo de la miel para evitar el cansancio.
Otros de sus beneficios por lo que la miel se destaca, son sus propiedades antibióticas. La miel ayuda a calmar dolores y ardores. También sirve como desinfectante y es capaz de cicatrizar algunas heridas en la piel. Tiene el poder de eliminar bacterias y logra estimular el crecimiento de los tejidos.
Si bien no hace milagros, pero la miel es capaz de prevenir algunas alergias y logra disminuir la ansiedad y el insomnio.
Son tantos los beneficios que la miel nos brinda y es por eso que hay que aplicar el uso racional de la misma y cuidar a sus proveedores, las abejas.