Dormir bien es uno de los objetivos que debemos cumplir diariamente para poder gozar de salud y vitalidad.

Para lograrlo de forma correcta, debemos conocer en primer lugar dos factores importantes que tiene el sueño. Estos son, la calidad y la cantidad.

Cuando nos referimos a la calidad de sueño, estamos hablando en concreto de un buen descanso. Cuando nos sentimos bien después de despertarnos, quiere decir que hemos tenido un sueño de calidad.

Para cumplir con este factor, es necesario respetar las horas de la noche para dormir, además de tener un buen colchón que le permita al cuerpo relajarse y reparar las fuerzas para el día siguiente.
Por otro lado, tenemos la cantidad de sueño que se refiere concretamente a las horas de sueño que invertimos para descansar adecuadamente. Es importante destacar que no todas las personas necesitan la misma cantidad de sueño.

Esto quiere decir, que la mayoría de las personas adultas necesitan un mínimo de siete a ocho horas para tener un sueño reparador, mientras que otras personas pueden dormir menos de este tiempo consiguiendo descansar por completo cuerpo y mente.

Teniendo en cuenta estos dos factores importantes en el sueño, podremos detectar fácilmente los beneficios que aporta el dormir bien.

Empezando por la ayuda que brinda en la disminución del estrés causado por las actividades que realizamos durante el transcurso del día.

Un sueño correcto, también nos ayuda a mejorar las defensas del organismo. Esto nos permite prevenir el contagio de enfermedades por virus o bacterias. Otro detalle importante acerca del sueño, es que nos mejora la memoria y la capacidad retentiva.

El cerebro necesita descansar adecuadamente, ya que todos los recuerdos que tuvimos durante el día son procesados durante la noche. Si no respetamos las horas de sueño, aumenta el riesgo de sufrir de enfermedades como el alzhéimer en el futuro.

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