Una buena manera de sorprender a tus amigos y familiares es realizando trucos de magia, y entre la gran variedad de posibilidades los trucos de cartas son muy fáciles de aprender, solo es cuestión de entrenamiento.

Empezamos con un truco muy sencillo, necesitaremos barajas españolas y seleccionaremos todo el palo de oro y copa. Antes de hacer el truco nos aseguramos que todas las cartas estén al derecho y las copas también.

Las mezclamos y le ofrecemos a una persona que coja la que más le guste y se la enseñe al público, si es que hay alguien más cuando haces el truco. Mientras la gente está atenta a la carta solo tienes que girar el mazo y cuando la devuelva quedará justo en la posición contraria. Hay que prestar atención a que no gire la carta al devolverla. Con este truco, tan sencillo, podemos hasta decirle que mezcle. Mientras no gire las cartas no habrá problema.

Solo hay que ir buscando entre las cartas y la que aparezca de cabeza será la correcta, el primer paso en tu carrera de ilusionismo ya está dado.

Para el segundo truco además de cartas necesitaremos un cómplice. Es necesario que tenga en su poder un 5, no importa de qué palo, pero que nadie más sepa que lo tiene ya que allí está el truco.

Le pedimos a la víctima del truco que saque 5 cartas y que de esas agarre una y la muestre al público, entre estos estará nuestro infiltrado. Las 5 cartas las tiene que poner en forma de cruz como vienen presentadas en el 5, y nuestro cómplice por debajo de la mesa nos tiene que señalar con el dedo en su naipe cual es la carta de nuestra víctima.

Un segundo truco para sorprender en todo momento con magia, velocidad e ilusiones ópticas, y un poco de trampa para divertirse.